miércoles, 25 de febrero de 2015

Entendiendo los delirios

Siempre me ha llamado la atención que los delirios no sean infinitos, siendo su definición (copio de wikipedia)
  • una idea firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados;
  • incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad;
  • inadecuada para el contexto cultural del sujeto que la sostiene.

Habría yo imaginado que, si una pregunta tiene una sóla respuesta verdadera, e infinitas falsas, el número de delirios diferentes que escucharía decir a los pacientes sería ilimitado. Y sin embargo no es así.

Ejemplos de delirios que, cumpliendo la definición de wikipedia, nunca he oído: 2+2 son 18, Madrid es la capital de Francia, las sillas sirven para limpiarse los oídos, el mar está hecho de lágrimas de unicornio... etc, etc...

¿Por qué? Porque el delirio es lo que dice wikipedia, pero no es sólo lo que dice wikipedia. Ya Castilla del Pino en su premiado ensayo El delirio un error necesario señalaba algo que muchos psiquiatras vemos, pero que a efectos diagnósticos a veces no se señala suficiente a los jóvenes psiquiatras (cuando resulta que sí tiene consecuencias incluso en el tratamiento): que los delirios son reacciones lógicas a una situación atípica. Y por eso son tan típicos.


Veamos. Suponte que te siento en una mesa, te anestesio el brazo derecho, te tapo los ojos y te coloco, con cuidado, tu mano derecha sobre la mano izquierda. ¿Qué sentirás? Piénsalo...

Eso es. Sentirás que alguien (no tú) te está tocando. Pues bien. En el proceso del pensar, resulta que además de lo puramente consciente y dirigido (verbal y no verbal) hay también un continuo run run de imágenes y palabras que "manejamos" de modo algo caótico pero organizado, creando una especie de nube de juicios, impresiones rápidas, cálculos rápidos, ensayos de contestaciones, etc... Eso es lo normal. Ese es el latir de nuestro cerebro. ¿Sabes lo que ocurre cuando la parte del cerebro que "recibe" lo pensado no está bien coordinada con la parte que "emite" lo pensado (como si ésta estuviese anestesiada)? Pues que los pensamientos "se sienten" como "de otro", y los "discursos internos no conscientes" se sienten como "voces ajenas". Y la persona, dependiendo de su formación cultural, dice "me han puesto un chip en el cerebro" o "me están haciendo telepatía" o "me controlan la mente por satélites" o "me hablan los espíritus" o "me ha poseído el demonio" etc.

Otro ejemplo: suponte que algo en tu cerebro se activa, una especie de "anfetamina con cocaína" autoproducida (no voluntariamente, claro). Tu autoestima sube, tu sensación de energía es máxima. Te sientes grande. Todo te parece que te sonríe. Se te ocurren mil ideas geniales a la vez, y sientes que nada es imposible. Te sientes como Dios... Y dices "soy Dios" o "voy a cambiar el mundo" o "soy millonario" o "me acercaré a la Zarzuela, por si me quieren como REY"...

Otro ejemplo: suponte que algo en tu cerebro se enlentece, una especie de "anemia de neurotransmisores" autoproducida (no voluntariamente, claro). Tu autoestima baja, tu sensación de energía es mínima. Te sientes pequeño. Todo te parece que te asusta y te condena. No se te ocurren soluciones, y sientes que nada es posible. Te sientes miserable... Y dices "soy una mierda" o "soy culpable, lo sé" o "estoy arruinado" o "me merezco la muerte" o incluso "ya estoy muerto"...


Pues eso que acabamos de ver, eso tan extraño y de cuya falsedad no podemos convencer a quien lo dice, eso... eso son los "delirios" de una persona con esquizofrenia, o con manía delirante, o con depresión delirante. No he mencionado el delirio más típico, el paranoide (me persiguen, me perjudican...) porque ese puede ser manifestación de fenómenos bien diversos, y le dedicaré una entrada aparte.

¿Y qué hacer ante ello? Pues si te ha pasado a tí, cuidarte para que no te vuelva a pasar (habla con tu psiquiatra). Y si le ha pasado o le pasa a alguien cercano, habrá que actuar cuando:

a) como emoción, tenga tanta fuerza que produzca una conducta no deseada por la persona en condiciones de serenidad (es decir, cuando quita libertad). En los casos descritos, casi siempre, aunque a veces hay delirios crónicos que terminan por "encapsularse" y ya no comprometen la libertad. 

o cuando 

b) su intensidad o su frecuencia causan un malestar notable en la persona (es decir, cuando "duele"). En los casos descritos, es variable: en la depresión, "duele" casi siempre, en la esquizofrenia, sólo a veces hay angustia, y en la manía delirante no "duele" casi nunca (de hecho, subjetivamente puede ser agradable, pero agotador y peligroso en la conducta).

En este caso, como en la depresión, añadiría una tercera razón: 

c) cuando claramente sea el preámbulo de un estado en el que se va a producir gravemente lo anterior (pérdida de libertad o dolor psíquico intenso). En caso de duda, una revisión por el médico psiquiatra habitual no está de más. 


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