viernes, 18 de noviembre de 2016

Latiguillos de psiquiatría 2: poner de su parte

Hace tiempo mencionaba, en la entrada de psiquiatría y traumatología, cómo al principio de un tratamiento solemos recomendar "reposo" y cuidados básicos, y sólo cuando el tratamiento va haciendo remitir el episodio, pedimos al paciente que se esfuerce "aunque duela" (salir, abordar un tema espinoso, retomar el trabajo, etc...)


Este planteamiento me lleva a mencionar otro de los "latiguillos de psiquiatría" (aunque es más del familiar del paciente). Me refiero a la expresión "poner de su parte" a menudo precedida de un "¿verdad, doctor, que X (y aquí señala con la cabeza a un/a cabizbajo/a señor/a X) tiene que...(poner de su parte)?


He escuchado muchas veces esa pregunta, y he intentado (no siempre conseguido, ya que es muy socorrida) no emplear la expresión de marras yo mismo para un paciente.

¿Qué es "poner de su parte"? ¿Animarse cuando se está deprimido? ¿No ser obsesivo cuando se tiene un TOC? ¿Confiar cuando se está paranoico? ¿Ser más prudente cuando se está maníaco? Si eso es "poner de su parte", no sé que pintamos los psiquiatras. Bastaría con poner ante el paciente a alguien con voz de Moisés abriendo el Mar Rojo, diciéndole "pon de tu parteeeee" (con reverberación) y ya está, paciente curado, que pase el siguiente.




No. Las cosas no son así de sencillas, aunque nuestra egocéntrica miopía empática a veces nos haga sentir que el deprimido, el paranoico, el obsesivo o el maníaco están así "porque no ponen de su parte".


Claro que la actitud del paciente influye en su pronóstico. Pero sobretodo esto es importante en los momentos de estabilidad. Pacientes tenaces, flexibles, responsables, resistentes a la frustración, autónomos pero cumplidores de las indicaciones razonables... tendrán buen pronóstico sea cual sea el diagnóstico. Ahora bien: no pidamos a alguien que nos dé lo que en un momento dado no tiene. Los depresivos graves no tienen esperanza ni iniciativa, los paranoides sintomáticos no tienen confianza ni autocrítica, los obsesivos sintomáticos no tienen flexibilidad ni resolutividad, y los maníacos no tienen autocontrol. En los momentos agudos (días, semanas) sintomáticos, lo que pueden hacer "de su parte" es dejarse ayudar si pueden, no resistirse con el empuje autodestructivo que da la enfermedad que en esos momentos secuestra su voluntad, y ya está. Y quienes estamos a su alrededor, debemos proveer esos "mínimos básicos" (tratamiento, seguridad física con control externo, cuidado somático de alimentación y otras enfermedades graves, movilidad básica para evitar males mayores).


Si quitamos el freno de mano que tenía echado el paciente, veremos que, casi sin esfuerzo, pasamos de ver un coche parado a ver un coche en marcha sin que tengamos que empujarle.


La única circunstancia en la que el paciente ha de aprender a "poner de su parte" es aquel estado crónico, tras razonables intentos de amortiguar impacto de los síntomas en la calidad de vida y la autonomía. Pero de eso hablo en otra entrada...

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