martes, 3 de febrero de 2015

Psiquiatría en dos minutos

A modo de introducción, diré que la mayor parte de casos que vemos en psiquiatría se pueden dividir en cuatro grandes grupos:




1 Reacciones ansioso/depresivas a circunstancias vitales agotadoras o muy dolorosas: en estos casos lo mejor es psicoterapia y/o farmacoterapia breves y recomendaciones de autocuidado físico y mental.

2 Reacciones desproporcionadas ante los problemas de la vida derivadas de la personalidad previa particularmente vulnerable a algunos estresores que no lo son para la mayoría de la gente.

   2a. Personalidades muy ansiosas, obsesivas, temerosas, que intentan controlarlo todo y se agotan: la recomendación terapéutica es evitar en lo posible los fármacos (aunque a veces es inevitable utilizar algún antidepresivo o ansiolítico) y realizar un apoyo psicoterapéutico dirigido a que piensen menos y actúen más.

   2b. Personalidades inmaduras, narcisistas, impulsivas, con alta volubilidad emocional: recomendación terapéutica de psicoterapia especializada (son especialistas en agotar a principiantes) y para aquellos que conviven con este tipo de personalidades, un libro titulado "Deja de andar sobre cáscaras de huevo".

   2c. Personalidades paranoides, desconfiadas y excéntricas: apenas responde a ningún tratamiento y en general ni van ni son llevados al psiquiatra. Viven y dejan vivir, salvo que lleguen a desarrollar ideas de perjuicio graves, presentando entonces conflictos con aquellos de quienes piensan que les perjudican. Recomendación, vive y deja que vivan su vida, mientras ellos hagan lo mismo.

3 Trastornos derivados de la enfermedad somática o el abuso de una sustancia: Recomendación: tratamiento farmacológico de los síntomas y derivación a especialistas que aborden la enfermedad somática, o a espacios terapéuticos para toxicómanos o alcohólicos. Tolerancia cero en el consumo hacia aquellas personas que ya han tenido problemas con sustancias: el objetivo es la abstinencia completa.

4 Patología psiquiátrica propiamente dicha: las enfermedades clásicas

   4a Esquizofrenia: es una enfermedad de comienzo típico a los 20 años, que cursa con alucinaciones auditivas, ideas delirantes extrañas de tipo persecutorio y de control de sus pensamientos, y un progresivo (aunque variable según los casos) aislamiento y abandono de los intereses personales. El tratamiento incluye
fármacos antipsicóticos: a la dosis más baja que sea posible, pero tratando de amortiguar, no tanto el síntoma (delirios, alucinaciones) sino el impacto de estos en la vida cotidiana. Es un equilibrio delicado, porque el sobretratamiento de cualquier "síntoma" produce un abotargamiento inaceptable, pero el infratratamiento deja al paciente indefenso ante angustia o errores de juicio con trastorno de conducta. El mejor: la clozapina. La mejor pauta: la que psiquiatra y paciente en una relación de mutua confianza y de mutua aceptación de lo parcial de su conocimiento puedan ir encontrando.
cuidado de la salud somática (especial atención a tabaquismo y sobrepeso)
apoyo psicoterapéutico centrado en rescatar las capacidades que la persona tiene,
apoyo social y ocupacional
apoyo a la red familiar
apoyo a la red profesional.

   4b Trastorno bipolar: comienzo típico a los 30 años, cursa con episodios de ánimo anormalmente bajo o depresivo y episodios de ánimo anormalmente elevado o exaltado. En los episodios depresivos puede tener ideas delirantes de culpa, ruina o enfermedad grave, y en los episodios exaltados puede tener ideas delirantes de grandiosidad, exaltación religiosa o enamoramiento de figuras importantes de la vida pública. Tratamiento: litio con buen control médico (dosis mal ajustadas transforman un fármaco eficaz en un tóxico grave) y antiepilépticos manejados con prudencia. A los familiares o pacientes que quieren saber más sobre este trastorno, que tiene bastante buen pronóstico si está bien diagnosticado y tratado, les suelo recomendar libro "Trastorno bipolar" de Eduard Vieta.

   4c. Trastorno Obsesivo Compulsivo: de comienzo típico en la adolescencia, cursa sin trastornos del juicio, pero con la necesidad compulsiva de realizar las tareas cotidianas de una manera desproporcionadamente compleja, con meticulosidad, numerosas comprobaciones de lo ya comprobado, actos reiterativos, etc... El tratamiento incluye dosis altas de fármacos que actúan sobre la serotonina y psicoterapia especializada y prolongada en el tiempo.

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