miércoles, 11 de marzo de 2015

Definiendo lo que valoramos: ¿qué es la verdad?

Verdad, bondad y belleza son tres predicados de las cosas,  no absolutos, sino relativos a cuánto se acercan a lo bueno, lo bello y lo verdaderoSon como una esencia diluida en la realidad, en las cosas, en las personas. Al percibir, convertimos la realidad en líquido (hablo en metáfora) dentro de nosotros. Y su bondad, verdad y belleza llevan tres aromas diferentes, aunque a menudo armoniosos. Si la realidad no lleva buena esencia, tampoco notamos su buen aroma. Si lleva perfume, añadido, notamos el aroma, pero éste es fugaz. Si lleva buena esencia, entonces podremos notar  el aroma de la esencia. Y si esa realidad aún no ha ocurrido, a la capacidad de percibir su buen aroma le llamamos intuición...

Pero percibir más o menos también depende de cómo seamos, estemos y actuemos. Tenemos que ser sensibles (hay gente muy, bastante o poco). Tenemos que alejarnos de otros olores (aunque si la bondad es intensa, la percibiremos). Y tenemos que tener nuestro vaso (recipiente del líquido de la realidad, para el que no encuentro otro nombre metafórico que alma) en calma (bellezas del lenguaje, quizá calma sea el apócope de co-alma, estado del alma en resonancia con el ser real de las cosas), para que las diminutas gotas de esencia puedan emerger...


 
Así pues, hoy voy a hablar de uno de esos tres predicados: La verdad.


Hasta la infantil y caótica postmodernidad, nadie inventaba palabras porque sí. Se buscaban nombres para las cosas reales, físicas, humanas o espirituales. Y desde la modernidad, para las científicas...




La verdad es una noción que se inventó porque era útil. La pregunta es ¿en qué pensaba quien la usó por primera vez? Me imagino a uno de nuestros ancestros, tratando de encontrar la palabra para definir... ¿qué?. Pues quizá, como era gente práctica, quiso llamar verdad a aquella expresión que lograba llegar a otro, comunicándole una realidad de un modo que el otro pudiese utilizar como experiencia, pero sin darle a ese otro la realidad misma. 



Una verdad es un reflejo comunicable y eficaz de la realidad.




Así pues, una verdad puede ser numérica, o artística, o verbal enfática, o gestual, y en cuanto a su fundamento puede ser argumentativa, o intuitiva, o evidente...



En todo caso, y siguiendo con nuestro pragmático inventor de la palabra verdad, probablemente quiso enfatizar que algo era verdad para señalar sin lugar a dudas que algo no era falso.


¿Y cuáles son esos vecinos falsos de la verdad? Pues aquí dejo una serie de ellos, a menudo manejados (o manoseados, con la lógica repulsa de quien lo siente en su intimidad) en entrevistas, informes y actos psiquiátricos varios.

La mentira: la respuesta deliberadamente falsa a una pregunta
El error: la respuesta involuntariamente falsa a una pregunta
El delirio: la respuesta necesariamente falsa a ¿por qué siento esto?
La exageración: la respuesta deliberadamente falsa (por exceso) a ¿cómo es esto de importante?

El frenesí: la respuesta emocionalmente falsa (por exceso) a ¿cómo es esto de importante?
La ocultación: la respuesta deliberadamente falsa (por defecto) a ¿cómo es esto de importante?
La minimización: la respuesta emocionalmente falsa (por defecto) a ¿cómo es esto de importante?
La negación: la respuesta automáticamente falsa a preguntas que merecen un sí
El engaño : la respuesta maliciosamente falsa sin que nadie haya hecho una pregunta

La fantasía: la respuesta gustosamente falsa a la pregunta ¿qué quiero?
La fabulación: la respuesta gustosamente falsa a la pregunta ¿quién eres?
La información: la respuesta ineficazmente falsa, que, como decía Elliot, hace perderse en ella el conocimiento y la sabiduría
La ininteligibilidad : la respuesta inopinablemente falsa, porque no se entiende
La literalidad (el mapa 1-1 de Borges): la respuesta ingenuamente falsa, pensando que el reflejo es la cosa


y uno de los peores vecinos, porque a veces nos confunde...

La Verdad (con mayúsculas pomposas, y vivida en solitario): aquí echo mano de memoria de unos versos de adolescencia...


La Verdad es un error 
con indulgencia parcial 
mientras llega otra mejor...




No hay comentarios:

Publicar un comentario