miércoles, 1 de julio de 2015

Quién manda en nuestra planta







En realidad, todos, pero no a la vez, ni en todo, ni todo el rato... 

Durante más de ocho años, hemos ido aprendiendo a encontrar en común el sentido común, y a día de hoy me alegra compartir la ilusión con la que unos pocos profesionales, junto con un par de docenas de pacientes y familias, vivimos un día a día sereno, esperanzado, de confianza mutua y verdadera colaboración en el cuidado de la salud. 



El secreto para ello ha sido olvidarnos de jefaturas, y dejar que mande la realidad, encontrada en diversas miradas, compartida en palabras sencillas, e impregnada de una tarea común: cuidar, nutrir, hacer crecer, y aliviar el daño. 


Creo que parte de ello es posible gracias a una suficiente organización y estructura, y como internet nos brinda, como las impresoras 3D, la posibilidad de reproducir donde estemos cualquier realidad cuyas instrucciones conozcamos, aquí dejo algunas de las formas concretas de coordinarnos que la experiencia nos ha mostrado como eficaces. Son copyleft  así que si alguien quiere incorporar alguna a su espacio de trabajo, adelante. Y si quieres dejar sugerencias de mejora en los comentarios, gracias por adelantado. Lo estudiaremos...


Reuniones: 


a) reuniones diarias de incidencias de 8.45 a 9h (habitualmente sin nada que destacar, afortunadamente, y seguidas de una reunión diaria informal en la cafetería de al lado...)

b) reuniones de equipo mensuales un jueves de 11 a 13h (con actas registradas), en las que reflexionar sobre ideas de fondo, estilos, cosas que habría que cambiar, nuevas actividades... Todas esas cosas que nunca son urgentes, pero que viene bien autoobservar en un equipo.

c) supervisiones externas los lunes de 12 a 14h (clínicas o de dinámicas de equipo) cada 2 meses. Porque incluso tratando de ser imparciales, a veces viene bien que alguien con experiencia nos devuelva una mirada ajena...

d) sesiones clínicas semanales los jueves de 14.30 a 15.30 (con otras unidades) para revisar casos difíciles. Se aprende de cómo otros enfocan sus tratamientos, y de los señalamientos que oímos cuando el caso es nuestro

e) reuniones semanales los lunes de 13 a 14h de puesta en común del Plan Individual de Rehabilitación (cada paciente tiene SU día, y aunque los objetivos generales a veces son comunes, hay que tener una visión de conjunto del caso concreto)

f) desayunos de equipo completo semanales los miércoles de 9.15 a 10, para hablar en tono distendido de la marcha semanal de la planta y quienes la habitamos 

g) reuniones de pautas los lunes de 14.30 a 15.30 (con los dos turnos): esa puesta en común de los detalles domésticos o cotidianos de los pacientes

h) reuniones de terapia ocupacional los martes de 15 a 15.30 con turno de tarde: para organizar en conjunto algunas de las actividades

i) reunión con trabajadora social los viernes de 12.30 a 13.30, para asuntos de recursos, trámites, altas, ingresos y coordinación con CSMs

j) reuniones (sin horario prefijado, a demanda) tutor-auxiliar encargado para tratar asuntos puntuales de los pacientes en común

k) reuniones semanales con la planta análoga, para aquellos asuntos (casi siempre técnicos) que tenemos en común, los martes de 14.30 a 15.15

l) una media de 2-3 correos cada uno diarios al resto del equipo

m) reuniones mensuales con los representantes de recursos de Salud Mental de cada área a las que damos servicio (2 y 4, en este caso, primer y segundo lunes de cada mes, de 9 a 11)


  

Algunas cuestiones de fondo y forma: 

I. Dar importancia de hecho a que el equipo esté cohesionado (nos permitimos discrepar en detalles, y lo trabajamos con naturalidad, entendiendo la discrepancia como complemento enriquecedor) 

II. No hay sitio para rencillas interpersonales ni luchas de poder (nadie es jefe de nada: somos encargados que se coordinan para un objetivo común)


III. Cuidado explícito de los aspectos personales de los trabajadores (motivaciones, concentración, buena distribución de responsabilidades, etc). Aunque trabajamos en equipo, cada paciente tiene un facultativo como último responsable de las decisiones clínicas, y un auxiliar como último responsable de las actividades concretas del día a día

IV. Cada paciente, como persona, tiene voz en la confección de sus objetivos de rehabilitación


V. Inclusión de las familias en las coordinaciones: en grupos semanales los miércoles de 12.30 a 14h, y reuniones individuales cuando sea preciso


VI. Los pacientes, como grupo, tienen voz: puesta en común grupal diaria de los asuntos de la planta en asambleas de 9.30 a 10h, y quincenal en grupos comunitarios para tratar más a fondo algunos aspectos de convivencia.



Y si quieres, puedes echar un vistazo a las normas de la planta, o al horario de actividades para los pacientes.

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