martes, 31 de marzo de 2015

¿Algunos laboratorios son muy "cucos"?

Copio de Wikipedia: 

El cuco común presenta un caso interesante en el cual la especie como un todo parasita una amplia variedad de hospederos, pero las hembras individuales se especializan en una sola especie. 

Susceptibilidad de los hospederos[editar]

Entre las "debilidades" de los instintos reproductivos de los hospederos potenciales que los hacen susceptibles de ser parasitados están:5
  • No interrumpir la incubación aunque se les quite un huevo.
  • El dejar sin vigilancia el nido con huevos durante algunas horas del día.
  • la ausencia de capacidad de distinción entre un huevo extraño y uno propio.
  • No distinción de un pichón de especie ajena que ha incubado.
  • Indiferencia por los pichones y huevos propios cuando no están en el nido.
  • Alimentación instintiva de cualquier pichón que abra el pico dentro del nido.

Adaptaciones comunes de las aves parásitas de puesta[editar]

Entre las aves parásitas de puesta especialistas, los huevos miméticos son casi una adaptación. Existe cierta evidencia de que el generalista boyero cabecipardo puede haber evolucionado una coloración que mimetiza un número de hospederos.9 La mayoría de las aves parásitas de puesta quitarán huevos del hospedero cuando ponen los suyos propios en el nido. Dependiendo de la especie, esto puede suceder tanto en la misma visita al nido hospedero o en visitas separadas antes o después de parasitarlo. Esto al mismo tiempo previene que los hospederos se den cuenta que su nido ha sido parasitado y reduce la competición para el pichón parásito cuando eclosiona.

Un pichón de boyero común o vaquero lustroso está siendo alimentado por un afrechero.
La mayoría de las aves parásitas de puesta tienen periodos de incubación de huevos muy cortos y crecimiento del pichón muy rápido. Esto le da al pichón una ventaja de crecimiento sobre sus compañeros de nido, permitiéndoles ganarles en la competición por comida. En casos donde los pichones de los hospederos son significativamente menores que los pichones parásitos, los del hospedero pasarán hambre hasta morir. Algunos parásitos de puesta eliminarán a todos los compañeros de nidada poco después de la eclosión, por expulsión del nido o matándolos con garfios afilados en la mandíbula que caen al cabo de pocos días. Algunos pichones parásitos, como en Cuculus, tienen una depresión o concavidad dorsal que les permite empujar fuera del nido a cualquier huevo o pichón. Otros como en Clamator glandarius (familia Cuculidae) y Vidua(Ploceidae) no la tienen y los pichones parásitos son criados junto a la nidada legítima.5


¿Y por qué os suelto este artículo, pensará algún lector?

Pues porque veo ciertas similitudes con ciertos hechos que ocurren en medicina. Seré breve:

En los años 60, y bajo la apariencia de proteger la salud, se aprobó en USA la ley de cómo comercializar los fármacos. Léete si quieres el análisis que el profesor Haleycuya conferencia pude escuchar personalmente, hace de esto sobre la miopía sanitaria de no creer que algo es cierto hasta que un estudio "aleatorizado, doble ciego y estadísticamente significativo" nos lo diga. La mayor parte de fármacos eficaces que usamos (penicilina, aspirina, clozapina, corticoesteroides, litio, insulina...) son previos a esa hiperregulación obsesivoide que tanto está frenando el verdadero avance de la medicina. Reflexionemos: la mayor parte de conocimiento no cumpliría jamás criterios de un estudio "aleatorizado, doble ciego y estadísticamente significativo". ¿O vamos a esperar que alguien publique dicho estudio antes de tomar cada decisión relevante para nuestra salud? ...
Cuando en los años 80 surgieron los caros neurolépticos atípicos, el barato y eficaz Leponex estuvo prohibido, por un efecto secundario que sólo afecta a 8 de cada 100000 personas.
Cada vez que se termina la patente de un fármaco en psiquiatría, aparece un nuevo compuesto sólo ligeramente distinto, y gana 10 años más de patente.
Se han retirado del mercado (con razones poco claras) fármacos baratos y eficaces, sustituídos por otros caros, mucho menos conocidos, y no más eficaces. Hablo del Lonserén, del Eskacine, del Meleril, del Dogmatil Forte, etc... Entra en Postpsiquiatría, que hablan mucho de esto...
No hay apenas presencia en el mercado de fármacos que utilicen principios naturales psicotropos bien conocidos (melatonina, cannabis, opiáceos no sintéticos, hipérico, hoja de coca...) pese a que la intuición nos dice que, con control médico, serían una alternativa real a sus sintéticos "hermanastros".
Apenas se hacen estudios comparativos entre fármacos muy caros y sus baratos y conocidos "rivales" (no he visto ninguno que compare Xeplion, 600 euros/mes, con Modecate, 20 euros/mes, más allá de referencias genéricas a un perfil diferente de efectos secundarios, que en la práctica clínica tiene mucho de respuesta individual, y de proporcionalidad con la dosis).
Cuando ha surgido una alternativa "no patentable" al tabaquismo, algunas asociaciones de médicos (y la FDA, y la OMS) han puesto el grito en el cielo, y el mercado del vapeo se ha hundido. Luego uno lee un poco más, resulta que esos médicos militan en asociaciones patrocinadas por laboratorios, o que el 05/03/15, sale a la luz un escándalo en la FDA( Food and Drug Administration), principal asesora de la OMS (Organización Mundial de la Salud) en el que tras ser juzgados varios altos cargos, se aclara el porqué una organización que ha de luchar contra el tabaquismo y apoyar todo aquello que ayude a los fumadores, desacredita con dudosas informaciones el cigarrillo electrónico. El Juez Richard Leon resolvió que Samet tenía conflictos de interés al haber recibido al menos seis veces, apoyo de subvención por parte del gigante farmacéutico GlaxoSmithKline desde el 2010. También dirigió el Instituto para elControl Mundial del Tabaco, financiado por GSK y Pfizer.


Y me pregunto ¿alguien más opina que algunos laboratorios están siendo demasiado "cucos"? ¿alguien va a hacer algo para evitar que esos pollos grandes se deshagan de sus inocentes rivales? ¿puede ser que esto esté costando vidas (6 millones de fumadores precozmente muertos al año por no cambiar tabaco por vapeo, por ejemplo)? ¿reaccionaremos como sociedad ante esto, más allá de las multitas con las que algunos laboratorios empapelan sus despachos?

No sé. Yo sólo soy un ciudadano. O actuamos en conjunto, o esto va a seguir así. Si esto te indigna, te enlazo al change.org  o al artículo de mi otro blog, que en un mes y medio ha recogido la ridícula cantidad de 30 firmas diarias.

Y si no quieres moverte, pero luego te quejas, te dejo unas frases sabias.

Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista”.
Luego vinieron por los judíos y no dije nada porque yo no era judío.
Luego vinieron por los sindicalistas y no dije nada porque yo no era sindicalista.
Luego vinieron por los católicos y no dije nada porque yo era protestante.
Luego vinieron por los estudiantes, y yo no me preocupe, pues era parte del sistema.
Luego vinieron por los periodistas, y yo me quedé callado, pues no me interesaba enterarme de nada.
Luego vinieron por los homosexuales y yo ni siquiera quise enterarme, pues soy heterosexual.
Luego vinieron por los negros, pero como soy blanco, tampoco hice nada.
Luego vinieron por mí pero, para entonces, ya no quedaba nadie al que le importara ni que quisiera hacer nada por mí”.
Martín Niemoller

jueves, 26 de marzo de 2015

Yo no tomo anfetaminas





El otro día vi a un muchacho de doce años, que lleva 5 tomando anfetaminas porque se distrae, y no obedece en clase o en casa. Era un muchacho despierto, con mirada noble, y una sorprendente intuición del punto de equilibrio entre el apocamiento y el exceso de confianza. Al preguntarle por su día a día, me contó que le encanta el ajedrez, que le gusta dibujar, y resolver ecuaciones, como acertijos matemáticos... que le encanta leer libros de aventuras, pero le aburre buscar sintagmas nominales en las clases de lengua...que le gusta estar con amigos de buen corazón, y que le duele ver a su hermano de diez años pegar a su hermana, o que le coja alguno de sus juguetes y le amenace con romperlo si no se hace lo que quiere... que se siente querido por sus padres, aunque a veces siente que es "el que no se porta bien y necesita pastillas"... Y me contaba también que echa de menos, con su precoz sabiduría, algo más de justicia cuando su hermano pequeño, un buen camaleón, lía a todos con discreta y feroz eficacia... Ese otro niño, por cierto,  no toma medicación: es maduro (sabiduría etimológica: ¿madurez será más dureza?). Y me preocupó mucho más que el paciente.


Así que yo me pregunto ¿a quién estamos dando anfetaminas? (que sí, que está claro que mejoran superficialmente el rendimiento, como bien sabían  los estudiantes de Medicina que las tomaban para meterse asignaturas en pocas horas, o los comandantes que se las daban sus soldados para que luchasen sin fatigarse...)

¿A quién, repito?

¿A los niños que se aburren en clases aburridas? 

¿A los que viajan con la imaginación cuando les obligan a estar quietos mientras el profesor explica de nuevo lo que ya han pillado a la primera? 

¿A los que no se adaptan sumisamente a esa caricatura del orden que es la disciplina? 

¿A los que no encuentran vehículo para emplear su abundante energía infantil? 

¿A los que por un sistema mal diseñado de conciliar trabajo y familia no sienten a sus padres presentes, y reclaman con avidez de hambre atrasada ese sucedáneo del cuidado que es la atención exasperada?



A mí, que de pequeño no dejaba de pasearme por las nubes, nunca me las dieron ... (aclaro: sacaba "buenas notas", así que nadie se alarmaba). 

A mi hijo, que ante un piano muestra el interés que los libros no logran producirle, nunca se las han ofrecido ... (aclaro: saca "buenas notas", así que nadie nos llama preocupado...)



No sé. No soy experto en niños. Pero creo que podemos estar, como sociedad, cometiendo un gran error con muchos niños...


Y algunos laboratorios, muy cucos, y con buenos abogados, con la mano derecha te regalan un boli con el nombre de un medicamento si eres psiquiatra, y con la izquierda te mandan, apreciándote como doctor/a, cartas como ésta...





Breve guía para familiares




A modo de esquema, o de fórmulas generales, expongo aquí algunas de las ideas que la experiencia y el diálogo con muchos familiares de personas con enfermedad mental grave me ha ido mostrando. Espero sean de utilidad. En todo caso, son fórmulas generales que luego hay que adaptar a las circunstancias concretas de cada paciente y familia.

Principios generales. 

1. Hagas lo que hagas, nunca decidas a solas. 

a) Si tu familiar en tratamiento está sereno, invitale (con hechos, no con críticas) a tomar las riendas de su vida, y haz explícito que tu papel es de mero ayudante.

b) Si no está sereno, busca ayuda: lo ideal es combinar a otro familiar (que te dé apoyo emocional, fuerza y ocasión de hacer relevos) y a un profesional, psiquiatra, enfermero, trabajador social, psicólogo...que dé perspectiva técnica, experiencia practica de manejo, y capacidad de provisión de recursos terapéuticos (farmacológicos o no farmacológicos)


2. Sé flexible en lo negociable, que es casi todo, y emplea tono de voz suave y sencillo siempre. Negociar es buscar en común el sentido común (ése que a solas casi nunca encontramos).


3. Sé firme (es decir, inflexible , pero con tonos suaves) en lo importante: 

a) no se emplea violencia verbal o física NUNCA, ni se tolera. Si ocurre, o parece que va a ocurrir, aléjate y pide ayuda.
b) no se mezclan pastillas con alcohol o drogas NUNCA, 
b) no se abandona tratamiento o seguimiento si no es por acuerdo con un profesional NUNCA, 
b) y no se deja sin supervisión a alguien gravemente agitado (por delirios intensos, o ánimo exaltado o severamente desesperado) NUNCA. 

Para poder ser firme, tienes que ser fuerte. Y en general, el modo mas sencillo de lograrlo es estar acompañado de otras personas que te apoyen. 


4. Anticípate a lo previsible. Con serenidad, y en compañía de personas serenas (lo ideal, del propio paciente en momento sereno) diseña un plan eficaz y sencillo para los problemas previsibles (los cinco o seis más frecuentes) distinguiendo entre amarillos (atención, pero no urgencia, como puede ser la búsqueda de cita si aparecen signos de descompensación, o si se mantiene estado de pasividad prolongada) y rojos (urgencia, hay que actuar de inmediato)

Se puede hacer un plan de actuación en urgencias en caso de alguno de los supuestos del punto 3, que incluya teléfonos de familiares o recursos profesionales con los que contactar (incluyendo el 112). 

5. Hay unos básicos de cuidado que en la práctica son necesarios (comida, tabaco, cuidados de salud e higiene, algo de dinero, alojamiento...) y que sólo podrán ser retirados cuando existan alternativas residenciales reales para el paciente. Lo demás, los "privilegios", deben ser, más que "premios" (que es un concepto algo pueril), consecuencias del cumplimiento responsable de tareas de cuidado propio y doméstico de la persona con enfermedad mental grave. 

6. Busca apoyo en asociaciones, familia extensa, red social... para tu necesario descanso y apoyo emocional. Eres un bastón, no una silla de ruedas. Y el bastón ha de ser lo más liviano posible, firme y algo flexible. No dejes de lado el resto de afanes y apoyos de tu vida (tu propio cuidado físico, tu vida social, tu espacio en que recibir apoyo y escucha, tu trabajo, tus planes...). Para ello, aprende de la experiencia que en las asociaciones y los distintos recursos te puedan ofrecer. Y busca algún material bibliográfico (guías para familiares)








Fíjate que en todo este artículo no se mencionan cuatro tácticas que a veces se nos pueden ocurrir a personas bienintencionadas, pero que siempre son un error.

Violencia verbal o física: sólo la que usarías con un desconocido fuerte que te atacase: la mínima para repeler, ponerte a salvo y pedir ayuda. En general, la posibilidad de violencia en enfermedad mental grave bien atendida es escasa, pero si no hay supervisión, puede ser alta e inesperada.

Mentiras piadosas: Nunca mientas. Si no puedes contestar a algo, anuncia que no vas a contestar, o cambia de temaNo obstante, aunque lo contrario de mentira es verdad, decir "la verdad" no es soltar verdades en crudo o a destiempo, ni críticas destructivas, ni enmiendas a la totalidad, ni discursos estereotipados y vacíos ("no pones de tu parte", "no tienes conciencia de enfermedad", "sólo piensas en ti mismo"...). El arte de hablar con alguien con enfermedad mental grave se podría resumir en un criterio general de "habla suave, claro, y no hables de más si no te lo pide la persona".

Maniobras ocultas no urgentes: Nunca. Hay que hacer explícito, en momento de serenidad, y si procede por experiencias previas de "despiste", que habrá cuidado del buen seguimiento del tratamiento (citas, medicación, consumo de sustancias). La no aceptación por parte del paciente en momento de serenidad de esas normas básicas de cuidado pueden llevar a plantear que se interrumpa la convivencia.

Dramatismo expresivo: Nunca. Suficiente confusión crea la enfermedad mental, como para que añadamos estrés con apelaciones dramáticas (frases de tipo "me estás matando" "parece que no te importo" "ay, qué desgracia"... etc.), o tonos de voz elevados. La fórmula sería hablar con afecto, pero con sobriedad.

Las familias de los pacientes



A lo largo de quince años, he atendido a miles de pacientes, en consultas, urgencias y UHB. De ellos, y por las particulares circunstancias de la UHTR en la que he trabajado, ha habido dos centenares de casos en los que el trato ha sido diario y prolongado en el tiempo (un año, aproximadamente). En este caso, además, el hecho de que tengamos organizado un grupo semanal de familias me ha permitido tener una fuente incomparable de experiencia real de lo que se mueve alrededor de sus pacientes y sus familias.

Voy a intentar resumir aquí algunas de esas experiencias.

1. Hay muchos prejuicios: profesionales y familiares suelen comunicarse mal, por inseguridad de cada uno. El profesional teme perder autoridad, tiempo y energías, y tiende a dedicar poco tiempo (a veces ni eso) a escuchar y buscar junto a los familiares caminos de salud para los pacientes. Esto se intenta justificar en una supuesta defensa de la autonomía del paciente (bastante hipócrita, cuando luego se olvida esa autonomía para casi todo lo demás). Otra justificación frecuente es la de emitir (y hacerse) juicios apriorísticos sobre las intenciones de manipulación de los familiares, o sobre su querulancia (una más de esos feos palabros psiquiátricos que habría que abolir). Y siempre están las socorridas teorías sobre "familias que enferman al paciente" (ridículas por su falta de fundamento a pesar de la fe ciega con la que algunos las sostienen, si no fuese por lo dramático, autojustificador y a veces cruel de las consecuencias).

Los familiares reaccionan a lo anterior de modos diversos, casi todos proporcionalmente equivocados al error de base de no contar con ellos. Unos, por miedo a que su familiar "se ponga mal", adoptan la actitud de salvadores, tomando sobre sí la totalidad de la responsabilidad del paciente, como si fuesen sus ángeles custodios. Y se agotan (suelen acabar con algún ISRS). Otros, incapaces de encontrar un término medio entre la ayuda heroica y la atención al resto de afanes de su vida (su salud, su trabajo, su vida, sus otros familiares)y por miedo a su propia anulación vital, hacen un ejercicio de insensibilización, y se "desentienden". Unos pocos, llenos de energía, se pasan el tiempo batallando en los mostradores, poniendo reclamaciones o denuncias que no llegan a ninguna parte, y consiguiendo sin querer que ese sistema que contaba poco con ellas tenga ahora incluso razones para etiquetarla como "patológica".

2. Todo lo anterior es innecesariamente doloroso e injustificado. En quince años, sólo he encontrado dos familias claramente patológicas, y son dos en las que había claros elementos psicopáticos-perversos (de hecho, una acabó en homicidio, y la otra en expulsión del país). En el resto de casos, sólo he visto familias normales, imperfectas como cualquiera, que insistían mucho con la insistencia del que ama mucho, o que se agotaban, o que ante el profundo amor hacia su familiar enfermo, y sin nadie que les hubiese explicado cómo ayudarle bien, le sobreprotegían (a veces, la "ayuda profesional" consistía en estos casos en una bronquita paternalista y estúpida sobre esa sobreprotección).

3. Hay un modo sencillo y sano de invitar a las familias a apoyar a su familiar en el proceso de sostener su salud. Pero sencillo no es sinónimo de simplón, así que este método sencillo en realidad se compone de varias acciones sencillas, que detallaré en una entrada aparte 



martes, 17 de marzo de 2015

¿Y si la nicotina fuese un puente?

En la entrada anterior, decía que he dejado para el final mi propia droga. ¿Y la nicotina? En mi otro blog, el de reducción de daño en tabaquismo, hablo mucho de nicotina, esa sustancia que tantos consumimos y anhelamos, sin más efecto aparente en nuestra salud que el hecho de hacerlo (quienes no vapean) por combustión enfermante de cigarros.


Pero, ¿y si la nicotina, además de lo evidente (algo que llama a los fumadores) fuese algo más? ¿Y si tuviese un efecto mental saludable?

ADVERTENCIA A NO CONSUMIDORES DE NICOTINA O MENORES: 
NO EMPIECEN A TOMARLA HASTA QUE LA CIENCIA NOS MUESTRE CON CLARIDAD LAS INTUICIONES QUE A CONTINUACIÓN VOY A EXPONER

La experiencia nos ha mostrado muchas veces que nada en nuestro cuerpo es azaroso. No se sabe bien por qué, pero es curioso que la acetilcolina, el neurotransmisor por antonomasia de la corteza cerebral y el sistema parasimpático, tiene su actuación sobre receptores nicotínicos. Y también nos ha mostrado la experiencia que, si algo está presente de modo habitual en nuestros alimentos, es por algo. Ingerimos a diario nicotina (en cantidad menor que fumando o vapeando, eso sí) a través del consumo de productos comestibles que contienen nicotina de la misma familia botánica que el tabaco, las solanáceas, que también incluye pimientos, tomates y patatas.

La mencionada acetilcolina, además, está de modo bien conocido, muy relacionada con el conocimiento y la memoria. De hecho, es el neurotransmisor cuya degradación, a través de la acetilcolinesterasa, intentamos inhibir (alargando, por tanto, la acción de la acetilcolina) para paliar la demencia. Da qué pensar...;)

Y también da qué pensar que su abstinencia, que en otros tóxicos produce lo opuesto, el "bajón" de sus efectos típicos, en la nicotina produzca desasosiego y avidez por lo físico. ¿Será que su consumo produce sosiego y avidez por lo mental? ¿Será la nicotina un suplemento natural, buscado con ahínco por quién más quiere usar el cerebro? ¿Habría que poner parches de nicotina a ancianos con demencia senil, o de alzheimer, o a adultos con declive cognitivo por psicosis prolongada?¿Será por eso que fuma el 90% de los pacientes con el cerebro enlentecido por neurolépticos? ¿Será por eso que de vez en cuando sale algún estudio sobre su posible papel neuroprotector? ¿Será por eso que los parches de nicotina que usé hace unos años me hicieron soñar como nunca, con unos sueños serenos, nocturnos y lúcidos, como si esta sustancia crease puentes transitables pero fugaces entre nuestra razón y nuestra alma? ¿Será por eso que fuman tanto los intelectuales, los escritores, los profesionales sanitarios y los artistas? Intuyo que así es.

¿Será por eso que vapeo? Va a ser que sí.








No creo que podamos contestar a estas preguntas en estudios de empresas farmacéuticas, ya que hoy no se investiga lo que no se puede patentar, y por eso, desgraciamente, sigue aún en muchas partes el error (basado en una mala medición de 1850) de que la nicotina es altamente venenosa... Algunas farmacéuticas, de hecho, se han propuesto (y lo están logrando) acabar con el vapeo, sin importarles que al hacerlo destruyen algo que podría ahorrar 6 millones de muertes precoces, y 120 millones de enfermedades graves, al año. Si no lo crees, lee esto. Eso sí da qué pensar...

Ojalá no perdamos nunca la capacidad de indignación. 

Y por proteger nuestra salud mental, ojalá sepamos actuar con contundencia, y luego respirar y volver al resto de afanes de la vida, que sigue adelante...

Si te indigna, difúndelo.


Aunque quizá la esperanza venga de oriente...

un científico chino asegura que se puede utilizar la nicotina con fines terapéuticos, tratando enfermedades como el Parkinson o el Alzheimer. Tras estudiar durante 20 años los efectos de la nicotina, Zhao Baolu ha realizado varias investigaciones utilizando ratones a los que administró determinadas dosis de nicotina llegando a la conclusión de que los ratones eran menos propensos a contraer las enfermedades antes mencionadas.
Al parecer la nicotina actúa como antioxidante blindando las neuronas y protegiéndolas de las sustancias que propicien estas enfermedades. Según dice el investigador, la nicotina no es tóxica, simplemente crea adicción. Todos podíamos pensar que existe algún vínculo entre las tabacaleras y el investigador, de hecho en una entrevista donde le preguntaron precisamente por este posible vínculo, su contestación fue la siguiente:

“Yo no estoy a favor de que se fume, porque hay otros componentes en el cigarrillo que sí dañan la salud, como el alquitrán o los radicales” de hecho, asegura que las tabacaleras no celebrarán este descubrimiento. Ante una posible mal interpretación, el científico chino indica que no se trata de fumar para prevenir estas enfermedades, sino de utilizar la nicotina en estado puro en los pacientes que lo necesiten, sobre todo a quienes han empezado a mostrar síntomas de las enfermedades o, de manera preventiva a aquellos que por herencia genética son más propensos a contraer estas enfermedades.
Ahora bien, resulta que se han verificado efectos positivos en el Parkinson, el Sindrome de Tourette(trastornos por Tics que van desde parpadeo,muecas faciales,encogimiento de hombros,aclarar la garganta repitidamente,olfatear,gruñir, … hasta, torcedura de la cabeza,saltar,agacharse,doblar el cuerpo, … e incluso, golpearse la cabeza, …) y la Obesidad. Pero sobretodo, en la Enfermedad del Alzhéimer (cuyo riesgo en los fumadores es de un 50% inferior al de los no fumadores). Por lo visto, tenemos en todo el cuerpo unas unidades proteínicas llamadas Receptores Colinérgicos Nicotínicos situados en la superficie de muchas celulas. La nicotina se adhiere a los receptores y estimula la actividad celular. En particular estimula la liberación de muchas clases de neurotrasmisores, mensajeros químicos que trasportan señales de una celula a otra, como la dopamina, la acetilcolina y el glutamato.

Tambien hay estudios (publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences USA) que indican que la nicotina aumenta el funcionamiento de la Decarboxilasa del Acido Glutámico-67 (GAD67), una proteina que se encuentra en niveles bajos en los pacientes con esquizofrenia (esto explica por qué estos pacientes abusan del tabaco).

lunes, 16 de marzo de 2015

Qué se busca (torpemente) en las drogas





Primero, veamos de modo minimalista (y poético) qué estado inducen los psicotropos más frecuentemente objeto de abuso:

El alcohol desinhibe porque duerme nuestro cerebro vigilante, y nos permite acallar la voz que nos juzga. Hace válido al que se siente inválido. Y si conduce, al que pronto lo será...

La heroína calma el dolor de verse esclavo, hace sentirse autosuficiente, con esa placentera analgesia que imita, torpemente, al amor. Y pide compromiso de por vida...

El cannabis gregariza porque hace sentir amor y pertenencia al solitario. Hace que nos sintamos concernidos. Ayuda a llenar de presente eterno la consciencia descentrada... Entre los psicotrópicos, probablemente es el menos malo de los trofeos de plástico...

La cocaína crea guerreros, poderosos, altaneros, decididos, creativos y capaces. Es la droga de los válidos (mientras no les dé un infarto) que se sienten válidos. Bueno, y a veces, paranoicos...

Los ansiolíticos reducen ese prurito que tendría que movernos, y amenazan con angustia a quien se atreva a olvidarlos...



Si no encuentras otra manera de saciar tu sed de vida, si insistes en comprarte los trofeos en un todo a cien (euros), puedes hacerlo, claro está. 




Pero si quieres durar lo suficiente para madurar, te invito a visitar la entrada al respecto (muy realista, y se agradece) del Dr López Heras.
¿Y los demás (familiares, profesionales), qué podemos hacer con un adicto? Pues esperar, entendiendo por ello hacerlo en condiciones de seguridad. No recibir en nosotros las consecuencias de sus decisiones. Y si pide ayuda, situarnos en la posición más eficaz:

Si nos interponemos entre el adicto y la necesidad que intenta llenar con las drogas, seremos su enemigo, y si es listo nos ganará.

Si nos ponemos a su lado a buscar modos más plenos de saciar sus necesidades (comunes con las de cualquiera), seremos su aliado, y si es listo, ganará.



He dejado para la próxima entrada mi propia droga. La nicotina.

Renombrando lo psiquiátrico



Hace unos años, los japoneses hicieron algo que me parece hermoso: abolir un nombre tan cacofónico como la esquizofrenia. Y creo que podríamos retomar la idea, y renombrar lo psiquiátrico, porque una disciplina tan reciente, peligrosamente autoritaria, proclive al endiosamiento y atomizada en miles de escuelitas como la psiquiatría y su jergafasia no puede sustituir el ancestral conocimiento poético y semántico del ser humano sobre algo tan suyo como su ser y sus dolores del alma.

Aquí van algunas sugerencias de nombres y definiciones...



Asperger: persona inteligente que quiere bailar, y como no escucha la música, imita pasos. Y que fluye con la música de la armonía de las cosas... y a veces produce genios, y otra monstruos, y otras tipos monstruosamente geniales... Einstein, Newton, Tesla, Unabomber, Sheldon Cooper...

Autorreferencialidad: juicio de lo que nos rodea como referido a nosotros, propio de estados como la culpa, el miedo, al amor, la autoimportancia, los complejos y cualquier paranoia, y por tanto inespecífico (aunque dañino, y por tanto, objeto de alivio médico según sea la causa).

Borderline: persona que intenta domar dragones, ávida sedienta de vida (amor y reconocimiento) y que no se detiene en su búsqueda voraz ni ante el dolor ni ante la muerte. Frágil ser que sólo alcanza solidez en movimiento.

Compulsión: La avidez de algo, produciendo búsqueda ávida de ese algo. Voracidad al encontrarlo. Puede despertarse por tendencia natural a la inseguridad frente a lo concreto (eso es el TOC, con sus repetidas comprobaciones más allá de lo racional), por contacto con sustancias o juguetes que excitan los premios bioquímicos de las necesidades resueltas (eso son las adicciones), o de un modo sereno pero arrebatador, por la fuerza real de atracción de la bondad, la verdad y la belleza percibidas con claridad (eso es lo que ocurre en el enamoramiento de una persona, o de una idea, o de una misión, por ejemplo).

Esquizofrenia: disarmonía entre lo mental que crea y lo mental que mira. Persona con doble sintonía mental, entre lo consciente y lo inconsciente, entre quijote y sancho, entre el superyo y el ello, entre el jinete y el caballo, entre el ángel y el demonio, entre la corteza prefrontal y el sistema mesolímbico... 

Extrañamiento de los conocidos: resultado de la ampliación de la emoción al ver lo ligeramente diferente, o de la reducción de la atención para ver lo mantenido en el tiempo de lo que cambia pero sigue siendo semejante.



Falso reconocimiento: resultado de la ampliación de la emoción al ver lo semejante, o de la reducción de atención para percibir lo diferente

Paranoia: estado de defensa y alerta coherente con lo percibido. Y agotador. Y desmesurado como los precios de algunos seguros...



TOC: ese modo de estar de la persona que no ignora la infinita complejidad de las cosas, y que no encuentra la manera de ver borroso lo concreto, por lo que camina lento.




Definiendo lo que valoramos: la culpa, la pena y el perdón

Cualquiera de nosotros comete numerosos errores en su vida. Nuestra relación con el error puede ser ocasión de parálisis por temor a cometerlos (lo cual, qué paradoja, es un gran error) o bien de aprendizaje para evitarlo mejor la próxima vez. El doctor, blogger y maestro Salvador Casado tiene un buen post sobre esto en su recomendable Consulta del Doctor Casado

Algunos de esos errores hacen daño, y otros no, siendo simples torpezas (mira la definición de error en la entrada sobre la verdad).


Otras veces, causamos daño sin que ello se deba a un error, o lo presenciamos sin poder aliviarlo.









Todo lo anterior es humano, profunda, común y antiquísimamente humano. Tanto, que nuestros ancestros encontraron las palabras para expresarlo.

a) Culpa es el dolor de la cabeza y el corazón, cuando descubrimos que hemos causado daño por error (por ejemplo, por haber actuado sin estar serenos, hiriendo a quien merece nuestro amor). Remordimiento es el grado excesivo y enfermizo de la culpa, debido a una fragilidad del modo de vivir sus errores la persona. Idea sobrevalorada de culpa es la exageración del sentimiento de culpa debido a un ánimo deprimido. Y por último, delirio culposo es el máximo sentimiento de dolor, por daños no producidos, provocado por un estado psíquico de depresión delirante (abundo en ello aquí). He visto a varias personas con delirio culposo en mi vida, y puedo asegurar que jamás he presenciado dolor tan grande.De hecho es una indicación de vigilancia efectiva durante 24 horas, pues la persona siente deseos de condenarse a no vivir. Pero tiene fácil tratamiento: TEC (es lo que pediría para mí en esos casos), o si se prefiere, litio y tricíclicos a dosis progresivamente crecientes. A veces lo más doloroso es también de lo más reversible...

b) Pena es el dolor de corazón, pero con claridad de juicio, cuando sabemos que causamos daño sin que ello se deba a un error, o lo presenciamos sin poder aliviarlo. Es lo que nos produce un niño a quien estamos viendo llorar de dolor, o un paciente a quien hemos tenido que contener.




Y en algunos de estos casos, tenemos también palabras para dirigirnos a aquellos que han sufrido el daño...

a) Lo siento es lo que decimos cuando sabemos que causamos daño sin que ello se deba a un error, o lo presenciamos sin poder aliviarlo. Si volviésemos atrás tras un lo siento, obraríamos de nuevo igual.

b) Perdón es lo que pedimos al haber causado daño por error. Clásicamente  se pedía perdón a la persona dañada: a nosotros mismos, si la víctima de nuestra torpeza somos nosotros, al perjudicado, si es otro, y al representante de la comunidad, si lo dañado es el bien común (por ejemplo, al romper un tabú o incumplir un mandamiento de la tribu...). Si volviésemos atrás tras un perdón, procuraríamos evitar el error (actuando con más calma, por ejemplo). 


Es muy numeroso el grupo de personas que dañan: los engañados, los doloridos, los miopes, que a veces no se dan tiempo a escuchar a su alma. Estos son reorientables, perdonables, amables o sanables. Pudieron tener un exceso de avidez por alguna necesidad (un manso ofuscado de dolor o miedo es como un jabalí enfurecido)  o un embotamiento parcial del sentir ante el dolor ajeno, pero son nuestros semejantes. Quién no ha sido jabalí alguna vez... 

Cuando recuperamos la calma, los jabalíes pedimos perdón.






A veces, sin embargo, no nos miramos con calma tras errar, y nos parece que no hay bondad, verdad o belleza en nosotros. Pero si estamos serenos, estamos a un solo paso de notarla. Muy a menudo vemos en psiquiatría a personas que sólo necesitan de nosotros que les acompañemos en el proceso de mirar al pasado, aceptar el dolor, comprender por qué actuaron así, reparar el daño, perdonarse (o pedir perdón a quien dañaron) y... volver a caminar.









Mas no todos: existen unas pocas personas, que nacieron sin órgano olfatorio de la verdad, bondad y belleza, o a las que se lo quebraron. Personas que buscan lo feo, falso y malo para intentar excitar ese órgano. 





Les llamamos desalmados, les tenemos miedo de auténtica xenofobia, porque ellos sí (y no los étnicamente diferentes a nosotros) nos son extraños, y lamentablemente a veces incluso les obedecemos, porque entienden algunas reglas eficaces para lograr poder en el mundo. Esos no tienen perdón, porque nunca lo pedirán, y sólo se me ocurre una manera de relacionarnos con ellos: alejarse.


Quiero ir terminando haciendo una pequeña reflexión en torno a aquello que pedimos, el perdón... ¿Qué es eso tan buscado y tan valioso que a menudo se suplica entre lágrimas?


Etimológicamente, el prefijo per es "lo máximo", así que podríamos decir que el perdón es "el máximo don". Es decir, es algo que se dona (por quien perdona) y se pide (por quien dañó). Los dones, por definición, son gratuitos, y se dan gratis (y quien los recibe exclama "gratias").


Pero quien daña tiene que obtener cuatro perdones: 


1. el de la persona herida, 


2. el de la comunidad (si hirió a la comunidad, y entonces el perdón se lo dará un representante autorizado, como un entrenador en un equipo, un árbitro en un partido, un presbítero en una comunidad, un psiquiatra en una unidad de rehabilitación...),  


3. el de su propio corazón (y, sin olvidar su pecado, no volver a re-cord-arlo, para lo cual viene bien uno mismo en oración, o un padre, o un psicólogo, o un buen cura-dor...) 


4. y el de la realidad (y ahí la realidad es lo que es: hasta que no reparas, y no cambias, sigues dañado, de modo que el alumno que pida perdón pero no estudie, seguirá suspendiendo, o el paciente que pida perdón pero siga dejando el tratamiento o consumiendo tóxicos, seguirá teniendo síntomas graves, o el impulsivo que pida perdón pero no repare el plato roto, seguirá con añicos en el suelo...)
 


Un par de comentarios más sobre el perdón en cuanto a quien lo administra:



La tarea de cada uno es


a) perdonar de corazón lo antes posible el daño recibido (es decir administrar gratuitamente el perdón número 1),


b) administrar de manera consensuada con los otros miembros de su comunidad doméstica el perdón número 2 (por ejemplo cuando un niño haya dañado a la comunidad doméstica transgrediendo alguna norma básica de su casa),


c) acompañar a la persona a que alcance el perdón número 3 ( mediante una charla sencilla que le haga sentirse acompañado en el dolor de corazón y al mismo tiempo invitado a levantarse y a intentar hacerlo mejor la próxima vez) y


d) señalar a la persona cuando parezca no verlo, una vez pasado un tiempo prudencial y una vez recuperada la calma por todas las partes, la manera de obtener el perdón 4 de la realidad ( mediante la reparación y el cambio) aprovechando la experiencia para ir comprendiendo cada vez mejor cuáles son las reglas de esa realidad ( es decir enseñándole eso que de toda la vida se ha llamado cómo son las cosas o cómo es la vida)





Como nota histórica, en el judaísmo los sacerdotes administraban el perdón número 2 a modo de germen rígido de lo que hoy conocemos como dar por finalizada la condena por parte de un juez, o dar el alta porque ha disminuido la peligrosidad del sujeto por parte de un psiquiatra, o retirar de la cuarentena a algún portador de enfermedad contagiosa por parte de un médico. Dicha tarea, siendo importante, dejaba sin los otros tres perdones al sujeto.
Lo novedoso y en su día escandaloso de un conocido personaje de esa época fue administrar por primera vez los otros tres perdones (hoy esa semilla está tan presente en la sociedad que ya no nos escandaliza pero tampoco nos maravilla... ) e invitar a otros a que hicieran lo mismo de manera gratuita. Y de paso, enseñarles un poco de medicina a los anticuados sacerdotes judíos, que prolongaban innecesariamente la cuarentena de las enfermedades de la piel cuando resulta que raramente son contagiosas...