martes, 26 de mayo de 2015

Cuídate, cúrate, cuida y cura




En estos tiempos postmodernos, en que el Bienestar parece ser la nueva religión, se me ocurre condensar aquí una serie de mandamientos/invitaciones para que nos hagamos cargo de nuestra propia salud física y mental. Lo hago aplicando esa experiencia que ya nombraba en otra entrada

Si no quieres que ocurra algo indeseable, 
pon medios para que ocurra lo deseable. 

Así pues, si queremos hablar poco de enfermedad, cultivemos la salud. Y no lo hagamos a solas. Somos seres sociales, y vivimos en distintas etapas de la vida acompañados por compañeros de viaje diversos. De hecho, desearse salud unos a otros es viejo como los saludos...



Vamos allá, entonces, con los consejos de salud. Los voy a clasificar en mandamientos e invitaciones. Quizá la palabra mandamiento sea más apropiada para aquellas recomendaciones que pueden dañar a otros en caso de no seguirse (con lo cual, nuestra comunidad/grupo/clan tiene derecho a mandarlos) y la palabra invitación sea más apropiada para aquellas recomendaciones que nos ayudan a vivir sanos como individuos, pero que allá cada cual si no las sigue...




Mandamientos sociales de la salud (transgredirlos puede llegar a ser mortal para otros)

Busca lo bueno, bello y verdadero sobre todas las cosas, y compártelo. Evita especialmente idolatrías tales como adorar a los superdotados o a tu propio ego.

No trivialices los conceptos o palabras importantes, para que no te pase como al cuerpo con los virus atenuados: que se hace inmune. Y sobre todo, no ridiculices lo digno: recuerda el tabú que pesa sobre ridiculizar a los líderes morales, porque con eso perdemos todos.

Cuida y practica la cultura, las tradiciones, las historias y los modos de celebrar de tu pueblo, tu grupo o tu familia. Y respeta las de los demás, mientras no dañen.

Trata con honor a tus padres, a tus mayores, a tu patria y a tu lengua materna. Recuerda que te han cultivado...

No causes intencionadamente daño gratuito a nadie, y menos a los débiles o a los niños.

Cuídate, haciendo cosas que no ensucien injustificadamente tu cuerpo, mente, e imagen pública, ni los de los demás. Especial atención a los tóxicos (sustancias, plantas, animales o personas).

Di la verdad, de acuerdo con la sensatez, según cada caso.

No robes lo que tiene dueño legítimo, ni fantasees con apropiarte ilegítimamente de ello, o con saciar deseos de amor y validez a base de comprar cosas.




Invitaciones al individuo (si quiere ser libre y feliz)

Alivia tus necesidades con sobriedad (hambre, sed, reposo, dolor, excitaciones, limpiezas): saciarse sí, hartarse no. En general, en el medio está la virtud, y en la variedad está el gusto.

Busca la seguridad razonable: el exceso de prudencia es imprudente.

Busca compañía de semejantes que te amen, o te cuiden si estás débil. Busca semejantes a quien amar, o débiles a quienes cuidar. Busca personas con talentos complementarios para llevar a cabo una tarea común (y con dones complementarios para crear vida: recuerda el tabú sobre procrear con lo demasiado similar, con lo "homo", especialmente lo consanguíneo). Ama, admira y alaba en proporción todo lo que merece ser amado, admirado y alabado.

Cultiva tus talentos "diestros" para tu validez y el bien propio y ajeno. Para eso, viene bien rodearse de colegas con talentos afines al nuestro. Cultiva lo básico de tus talentos "zurdos" para tu humildad y autonomía. Para eso, nada mejor que los cursillos rápidos para principiantes, y ya.


Trátate bien, tanto como a quienes tienes próximos. Busca en común el sentido común. Vive en compañía, comunícate mucho y bien, pero encuentra tiempos a solas también para el silencio, la reflexión y el cultivo de tu relación con lo natural más allá de las personas. Vive en el presente la mayor parte del tiempo, y comprende que en la vida hay ciclos. Y lee. Pero lee bien.


Y cuando, como cualquiera, metas la pata y tropieces, di perdón o lo siento a quien hayas dañado, ponte de nuevo en pie, y sigue caminando... 


La venda si hay herida...

Y si ya tienes claro lo anterior, y a pesar de practicarlo sufres daño, vete a un médico de confianza que suplemente algo que alivie ese daño. 

Y si sufres frío, compra ropa. Y si te duelen los pies porque el suelo es duro, lleva buen calzado. 

Ropas, calzado y medicinas son artificios que hay que usar para adaptarse a las hostilidades de la vida, y cuidarse (en latín sería curarse). Depende de la sensibilidad especial de cada uno, y de la dureza del entorno. 


Aunque siempre queda el remedio de buscar un entorno donde tu sensibilidad no te cause tanto daño, y tus talentos sean especialmente útiles...


Ya, ya sé que todo esto se parece mucho a cosas que habrás leído desde niño. Te has dao cuenta tú también, ¿no?

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